Ratatouille (ra·ta·tui), la nueva producción de
Pixar para
Disney dirigida por
Brad Bird (Los Increíbles y El gigante de hierro), propone un viaje por el mundo de comida y la
gastronomía. La película cuenta la historia de una rata llamada
Remy, que sueña con ser el mejor
chef de
París, y de su amistad con
Linguini, un chico sin talento para la cocina que trabaja fregando los platos y tirando la basura en el restaurante
Gusteau’s de
París. El destino hará que
Remy y
Linguini se encuentren y luchen juntos por alcanzar sus sueños precisamente en París, la ciudad de los sueños.
Para los productores y el director la clave de la película
residía en recrear de manera realista y atractiva el mundo de los restaurantes
gastronómicos, para ello lo primero que hicieron fue comer y visitar las cocinas de los mejores restaurantes de
París. Asimismo todo el equipo asistió a clases de cocina para comprender mejor los detalles, como por ejemplo la forma en que un
chef pica cebolla o remueve una sopa. El productor
Brad Lewis también realizó un curso intensivo de dos días en las cocinas del
French Laundry, restaurante del
chef Thomas Séller en el corazón del Napa
Valley (California) con 3 estrellas
Michelín. Durante toda la película el equipo de animación siempre
contó con el asesoramiento
gastronómico de
Michael Warch, director de diseño y escenario que antes de incorporarse a la industria del cine era un
chef profesional.
De igual forma
Ferran Adriá asesoró en la
traducción de los términos culinarios y alguno de los nombres de sus platos de El
Bulli fueron incorporados al guión:
catanias saladas, bizcocho de sésamo, bombones de mandarina, cacahuete y
curry,
yogur de ostras o
ñoquis de polenta. Además
Remy, la rata protagonista de la historia, pronuncia al principio de la película una frase de
Adriá: "
Comer bien cuida la salud y alimenta el alma". Disney también ha acudido a cocineros para el doblaje:
Jamie Oliver en Inglaterra,
Gualtiero Marchesi en Italia y en Francia los cocineros
Guy Savoy y
Cyril Lignac. En la versión española de la película Ferran
Adriá hace un
cameo y presta su voz, en castellano y catalán, a un comensal muy exigente que entra en el
restaurante
Gusteau.