Las palabras de Santi Santamaría durante la recogida del premio Temas de Hoy por su su libro La cocina al desnudo, siguen provocando indignación al afirmar que la cocina de vanguardia, liderada por Ferran Adriá y su cohorte de seguidores, es un peligro para la salud pública.
Para Santamaría el uso en la alta cocina de productos químicos, como la metilcelulosa (aditivo de origen vegetal que tiene la particularidad de que gelifica en caliente), son un peligro para la salud. La Agencia Española de Seguridad Alimentaria, organismo dependiente del Ministerio de Sanidad, además de todos los expertos en nutrición y seguridad alimentaria, han desmentido las criticas de Santamaría. Pero el daño a la cocina española ya esta hecho, incluso el Daily Telegraph se preguntaba esta semana si Ferran Adriá envenaba a sus comensales.
Aparte de crear esta falsa alarma, calificó a este tipo de cocina de mediática y acuso a los cocineros de pretenciosos. Sin ningún pudor llego a afirmar que dan de comer a sus clientes platos que ni ellos mismos probarían.
Pero no es la primera vez que Santi Santamaría pronuncia un discurso fácil, cargado de populismo y demagogia.
En el 2004, cuando recibió en Valladolid el Premio Amanita, ya mostró su disconformidad con las técnicas y elaboraciones de la cocina de vanguardia porque los comensales somos incapaces de entender ese tipo de cocina. Como si un plato tuviera que entenderse. Simplemente te gusta o no, que no es poco. La cocina de vanguardia no se crea para entenderla, consumirla todos los días o prepararla en casa.
Del mismo modo en la edición de Madrid Fusión 2007 acusó a sus colegas de cocineros mediáticos, asegurando que les falta talento y que pierden la honestidad por entregarse a las modas vanguardistas.
Además afirmo que todos los cocineros, incluido él, son unos farsantes, que sólo trabajan por la puta pela alimentando a ricos y snobs. Lo increíble fue que en lugar de tirarle tomatazos, puso en píe al auditorio. Por contra Ferrán Adrià defendió en Madrid Fusión la libertad en la cocina, cada cocinero debe hacer lo que quiera, sin polémicas y sin dogmas.
Sin embargo lo peor de todo es que Santamaría hace más daño a los jóvenes cocineros de vanguardia que empiezan, ya que sus declaraciones solo han conducido al típico enfrentamiento absurdo entre cocina tradicional y de vanguardia, como si ambas no fueran perfectamente compatibles. Para Ferran Adriá sólo hay dos tipos de cocina, la buena y la mala. Hay platos con espumas buenas y con espumas malas, y hay tortillas de patatas extraordinarias y pésimas.
Pensaba que Santi Santamaría simplemente había perdido el norte, como Andrés Pajares, y lo único que deseaba es que se pusiera bien cuanto antes. Pero este lunes, después de la presentación de su libro, he descubierto la verdad.
Simplemente es la estrategia de un cocinero ególatra, cobarde y envidioso para conseguir notoriedad, y de paso, vender mas libros y recuperar la notoriedad perdida.
La pasada semana en la recogida del premio dijo que nuestra cocina es un peligro para la salud pública, pero este lunes en la presentación de su libro, como ya habia conseguido su objetivo rastrero, no tiene el valor de confirmar las vergonzosas declaraciones de la semana anterior. Solamente expone que no está de acuerdo con los derroteros actuales de la alta cocina, defendiendo la cocina apegada al producto y a la tradición. Se puede defender cualquier postura en la cocina, pero cuando se hace atacando el prestigio de la cocina española y al resto de compañeros, y no tienes el valor de reafirmarte en ellas, es imposible caer mas bajo.
Preguntado por las criticas, Ferran Adriá simplemente indico que la respuesta es Alicia, nombre de la fundación que preside. Acrónimo de alimentación y ciencia, la fundación lleva a cabo una labor social y cultural, dedicándose a investigar y divulgar todo lo relacionado con los procesos alimentarios, la salud y la gastronomía.
Para Santamaría el uso en la alta cocina de productos químicos, como la metilcelulosa (aditivo de origen vegetal que tiene la particularidad de que gelifica en caliente), son un peligro para la salud. La Agencia Española de Seguridad Alimentaria, organismo dependiente del Ministerio de Sanidad, además de todos los expertos en nutrición y seguridad alimentaria, han desmentido las criticas de Santamaría. Pero el daño a la cocina española ya esta hecho, incluso el Daily Telegraph se preguntaba esta semana si Ferran Adriá envenaba a sus comensales.
Aparte de crear esta falsa alarma, calificó a este tipo de cocina de mediática y acuso a los cocineros de pretenciosos. Sin ningún pudor llego a afirmar que dan de comer a sus clientes platos que ni ellos mismos probarían.
Pero no es la primera vez que Santi Santamaría pronuncia un discurso fácil, cargado de populismo y demagogia.
En el 2004, cuando recibió en Valladolid el Premio Amanita, ya mostró su disconformidad con las técnicas y elaboraciones de la cocina de vanguardia porque los comensales somos incapaces de entender ese tipo de cocina. Como si un plato tuviera que entenderse. Simplemente te gusta o no, que no es poco. La cocina de vanguardia no se crea para entenderla, consumirla todos los días o prepararla en casa.
Del mismo modo en la edición de Madrid Fusión 2007 acusó a sus colegas de cocineros mediáticos, asegurando que les falta talento y que pierden la honestidad por entregarse a las modas vanguardistas.
Además afirmo que todos los cocineros, incluido él, son unos farsantes, que sólo trabajan por la puta pela alimentando a ricos y snobs. Lo increíble fue que en lugar de tirarle tomatazos, puso en píe al auditorio. Por contra Ferrán Adrià defendió en Madrid Fusión la libertad en la cocina, cada cocinero debe hacer lo que quiera, sin polémicas y sin dogmas.
Sin embargo lo peor de todo es que Santamaría hace más daño a los jóvenes cocineros de vanguardia que empiezan, ya que sus declaraciones solo han conducido al típico enfrentamiento absurdo entre cocina tradicional y de vanguardia, como si ambas no fueran perfectamente compatibles. Para Ferran Adriá sólo hay dos tipos de cocina, la buena y la mala. Hay platos con espumas buenas y con espumas malas, y hay tortillas de patatas extraordinarias y pésimas.
Pensaba que Santi Santamaría simplemente había perdido el norte, como Andrés Pajares, y lo único que deseaba es que se pusiera bien cuanto antes. Pero este lunes, después de la presentación de su libro, he descubierto la verdad.
Simplemente es la estrategia de un cocinero ególatra, cobarde y envidioso para conseguir notoriedad, y de paso, vender mas libros y recuperar la notoriedad perdida.
La pasada semana en la recogida del premio dijo que nuestra cocina es un peligro para la salud pública, pero este lunes en la presentación de su libro, como ya habia conseguido su objetivo rastrero, no tiene el valor de confirmar las vergonzosas declaraciones de la semana anterior. Solamente expone que no está de acuerdo con los derroteros actuales de la alta cocina, defendiendo la cocina apegada al producto y a la tradición. Se puede defender cualquier postura en la cocina, pero cuando se hace atacando el prestigio de la cocina española y al resto de compañeros, y no tienes el valor de reafirmarte en ellas, es imposible caer mas bajo.
Preguntado por las criticas, Ferran Adriá simplemente indico que la respuesta es Alicia, nombre de la fundación que preside. Acrónimo de alimentación y ciencia, la fundación lleva a cabo una labor social y cultural, dedicándose a investigar y divulgar todo lo relacionado con los procesos alimentarios, la salud y la gastronomía.