16 de junio de 2008

HACIENDA ZORITA, UN PARAISO PARA LOS SENTIDOS

La Hacienda Zorita, situada en el kilómetro 9 de la carretera de Salamanca a Ledesma, reúne en un entorno fascinante enología, gastronomía, arte y arquitectura.
La primera referencia documentada de la finca data del año 1185, pero no fue hasta 1366 cuando los dominicos levantaron a orillas del Tormes este convento, donde se alojó Cristóbal Colón durante las Conferencias de Valcuevo para el descubrimiento de América. En otras partes a Colón le habían tratado de loco, por lo que siempre agradeció el apoyo de los dominicos salmantinos y en especial de Fray Diego de Deza, confesor de Isabel la Católica.
Con la desamortización, los frailes de Salamanca tuvieron que abandonar la finca al ser expropiada por el gobierno. Posteriormente la Hacienda fue casa hospitalaria, harinera y lugar de descanso para los profesores de la Universidad de Salamanca, hasta que en el 2001 compró la Hacienda Zorita Carlos Falcó, Marqués de Griñón y ex-marido de Isabel Presley, quien la destinó de nuevo al mundo del vino.
Actualmente la Hacienda cuenta con 2 bodegas en las que envejecen sus vinos con Denominación de Origen Arribes del Duero.
La bodega principal, creada en 1843 como almacén de la hacienda harinera de los Solís, desde el año 2001 alberga 1.500 barricas de roble, donde se realiza la crianza del vino Durius. La impresionante cubierta de la bodega, diseñada por el arquitecto palentino José María Pérez, Peridis, es un homenaje a Cristóbal Colón. Su forma recuerda el casco invertido de la carabela Santa María, la nave de Cristóbal Colón. Por 6 euros se puede visitar la bodega y disfrutar en su interior de un espectáculo audiovisual proyectado sobre una pantalla panorámica suspendida, seguido de una cata interactiva.
La Hacienda Zorita también recupera la tradición de las sacristías bodegueras. En la capilla-bodega de San Nicolás de las Viñas conviven 180 barricas de Durius Magíster, el vino premium de la Hacienda Zorita, con una colección de arte sacro dominico de los siglos XVI al XVIII. El antiguo molino árabe es hoy un Wine Spa & Chill Out, donde se pueden tomar baños terapéuticos, masajes o tratamientos de vinoterapia, mientras que las antiguas casas de los trabajadores de la hacienda son ahora oficinas y tienda de productos naturales. En la Hacienda Zorita también se encuentran las 4 secuoyas más antiguas de Europa, que el salmantino Vázquez Coronado trajo de América para los frailes a finales del siglo XVI.
La Casa Grande es el edificio principal de la Hacienda Zorita. De cinco alturas y construido en piedra de Villamayor, se ha habilitado como alojamiento hotelero. Todo fue diseñado por el arquitecto Nacho Lliso, ex-saxofonista del grupo de los ochenta Esclarecidos, que también fue el encargado de la construcción de la Hacienda Unamuno, en los Arribes del Duero.
Comunicado con La Casa Grande se encuentra El Refectorio, antiguo comedor del convento, convertido hoy en restaurante dirigido por Miguel Reguera, del establecimiento Momo de Salamanca (para ver su carta, haz clic en la imagen).
Proximamente esta previsto que en la Hacienda Zorita se inagure el nuevo restaurante The Durius River Café. El cocinero Sergi Arola ha llegado a un acuerdo con Haciendas de España para dirigir la cocina de este nuevo concepto de restaurantes, basados en la fórmula vino y cena (wine & dinner) con alimentos naturales del Duero. El primer establecimiento Durius River Café se ha inagurado este mes de julio en la Hacienda Abascal de Quintanilla de Arriba, en Valladolid. La intención de Sergi Arola es unir en su carta tradición y vanguardia, utilizando los alimentos naturales del Duero con creatividad y a un precio económico.
Las fotos fueron tomadas por mi cuñado, el fotógrafo Miguel Pereda, durante nuestra visita a la Hacienda Zorita.
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