Ya sabíamos que Ferran Adriá tenía un compromiso con su equipo para continuar con el formato actual de elBulli hasta el año 2012, en el que se cumplen 50 años desde la creación del restaurante por el doctor Hans Schilling y su esposa Marketta.
Pero Ferran Adria y Juli Soler han desvelado que esa fecha mágica para elBulli coincidirá con el inicio de una nueva etapa profesional con el objeto de buscar nuevos retos y estímulos, en los que apostarán por la creatividad radical, además de poder normalizar las vidas de los miembros del equipo de elBulli.
La última vuelta de tuerca de la pareja demuestra que una vez superados los problemas económicos de sus inicios, Ferran Adriá y Juli Soler, propietarios del restaurante desde 1990, siguen siendo coherentes con su filosofía.
Podrían abrir todo el año, inaugurar restaurantes en otras ciudades como Madrid, Londres o Tokio, subir el precio del menú o subastar las reservas por Internet, pero para ellos elBulli es sagrado y no se toca. El aspecto económico del restaurante es secundario porque los ingresos están asegurados con el resto de negocios gracias al valor de la marca de elBulli y Ferran Adria.
El restaurante cerrará durante los años 2012 y 2013, aunque en elBulli se seguirá cocinando sin clientes, ya que pasará a ser un centro creativo y de investigación, junto con el de elBullitaller que ya tienen en Barcelona.
Durante este período analizarán su trayectoria creativa de 30 años de trabajo, que se verá reflejada en una enciclopedia. Asimismo se dedicarán a reflexionar y preparar su reaparición a partir del 2014. Lo único que tienen decidido es que cuando abran de nuevo sus puertas al público prevalecerá la investigación sobre la producción y que cada temporada será diferente, tanto en el equipo de trabajo, las fechas, o en el número de servicios y clientes.
En definitiva, ya estoy deseando que llegue el 2014 en el que elBulli nos sorprenderá una vez más con otra vuelta de tuerca.
Pero Ferran Adria y Juli Soler han desvelado que esa fecha mágica para elBulli coincidirá con el inicio de una nueva etapa profesional con el objeto de buscar nuevos retos y estímulos, en los que apostarán por la creatividad radical, además de poder normalizar las vidas de los miembros del equipo de elBulli.
La última vuelta de tuerca de la pareja demuestra que una vez superados los problemas económicos de sus inicios, Ferran Adriá y Juli Soler, propietarios del restaurante desde 1990, siguen siendo coherentes con su filosofía.
Podrían abrir todo el año, inaugurar restaurantes en otras ciudades como Madrid, Londres o Tokio, subir el precio del menú o subastar las reservas por Internet, pero para ellos elBulli es sagrado y no se toca. El aspecto económico del restaurante es secundario porque los ingresos están asegurados con el resto de negocios gracias al valor de la marca de elBulli y Ferran Adria.
El restaurante cerrará durante los años 2012 y 2013, aunque en elBulli se seguirá cocinando sin clientes, ya que pasará a ser un centro creativo y de investigación, junto con el de elBullitaller que ya tienen en Barcelona.
Durante este período analizarán su trayectoria creativa de 30 años de trabajo, que se verá reflejada en una enciclopedia. Asimismo se dedicarán a reflexionar y preparar su reaparición a partir del 2014. Lo único que tienen decidido es que cuando abran de nuevo sus puertas al público prevalecerá la investigación sobre la producción y que cada temporada será diferente, tanto en el equipo de trabajo, las fechas, o en el número de servicios y clientes.
En definitiva, ya estoy deseando que llegue el 2014 en el que elBulli nos sorprenderá una vez más con otra vuelta de tuerca.